LUCIEN FREUD Y LA CARNE COMO MEMORIA
- viperezd
- 31 may 2017
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LUCIEN FREUD Y LA CARNE COMO MEMORIA
“Mi propia idea del retrato nace de la insatisfacción con los retratos que se parecen a la gente. Quisiera que mis retratos sean de la gente, no como la gente. Que no tengan el aire del modelo, sino que sean el modelo. En lo que a mí respecta, la pintura es la persona. Quiero que el cuadro funcione tal y como la carne funciona. “
La técnica predominante en la mayoría de sus obras es el impasto, lo cual le da un control particular sobre el juego de luz, mayor agresividad y una textura tridimensional casi escultórica.
Hace una ruptura dentro de la historia del arte contemporáneo: búsqueda distinta a la mera desnudez erótica, sino de algo vivo y real, con flacidez, granos y vellosidad antiestética incluidos. Retratar a su familia o amigos era una forma de crear nexos y complicidades, de compensar los años de elusión y egoísmo; el cuerpo se funde en la acción creadora que lo reconoce.
Lo más sorprendente de la obra de Lucien Freud es su conocimiento y su pasión por la carne, por los volúmenes cargados de erotismo, a veces monumentales), por los pliegues, por el deseo, (muchos de sus modelos aparecen con las piernas abiertas) donde comprobamos que no solo la mente hace memoria, la hace también el cuerpo.
El no toma los cuerpos como objetos, como cosas o como instrumentos. Por eso, no trabaja con modelos profesionales, porque cree que se mantienen protegidos tras una vestimenta que los oculta aun cuando estén desnudos. Freud prefiere retratar a la gente común, sin ropa, para que le revelen los ‘aspectos más básicos de sus instintos y sus deseos.
Freud mantenía una filosofía alrededor de su pintura: todo tenía esencia, incluso los objetos con los que se rodeaba, los cuales celebraba en algún momento, ya que para él estuvieron presentes dentro de su producción.
Las personas que Lucien pintaba, hablaban sobre su vida. Pero al contrario de otras corrientes pictóricas, él no buscaba embellecerlos, sino retratarlos tal y como son.
Tenía un grato recuerdo de su abuelo como persona, pero para Lucien el psicoanálisis era una teoría que recorre un patrón de movimiento constante.
Pese a ello, reconocía que había un paralelismo innegable entre los interrogatorios como lo hacía su abuelo Sigmund Freud y los suyos frente al caballete. Conocer la trayectoria vital de sus modelos le ayudaba a sentir su carne. Para Lucien no bastaba tener al cuerpo desnudo a su disposición para conocer sus instintos, sino, la charla sobre infancia, poesía, su vida, eran parte importante de su ritual. La convivencia agradable era indispensable, pues se tomaba alrededor de un año de trabajo diario para cada retrato.
Me parece sumamente interesante como refleja sus retratos y como hay una introspección y una forma de conocerse así mismo a través de retratar a estas personas. Creo que es una forma de conocer al personaje de una manera más natural, más sincera y la forma en la que abstrae un estado de ánimo o un personaje que se vuelve un tanto autobiográfico; sin duda es un análisis más psicológico.
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